sábado, 20 de noviembre de 2010

Loma.

En la vida hay dos máquinas que mueven todo. Lo que sentimos, lo que hacemos, lo que pensamos, lo que queremos. Lo dirigen todo. ¿Sus nombres? Mente y Corazón. La segunda es como una bomba. Rebelde, inconsecuente, temeraria, valiente, incorregible. Quiere guiar la vida de cada uno por un camino, sin dejar que la otra máquina ponga algo de coherencia. Mente, la otra gran máquina. Esa en cambio es la que hace que la vida tenga algo más de responsabilidad. Cuando en la segunda hay un fallo técnico, un cortocircuito... hace que la primera de pronto, lo tenga también. Son como dependientes. Pero para aprender a manejar la segunda máquina, la rebelde, hay que aprender a controlar la primera. La cabeza dirige al corazón, o eso me dijeron de pequeña. Pero la vida a base de darme patadas me ha enseñado que no siempre es así, que a veces, en contadas ocasiones, hay que dejarse llevar por la segunda máquina... y sólo dejar que el ruido de ese motor te guíe. Ese motor corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario =)